MARTÍNEZ DE LA TORRE, VER.- El desarrollo y el progreso de Martínez de la Torre les ha cobrado a los martinenses una factura muy cara: la desaparición de sus edificios históricos. Si bien estos no estaban reconocidos como tales por el Instituto Nacional de Antropología e Historia si encerraban entre sus muros parte del pasado que le da identidad a la llamada Capital Mundial del Limón Persa.
Construcciones como el antiguo Banco Rural cedieron su espacio para la edificación de modernas estructuras que hoy albergan al comercio que le da vida y movimiento económico a Martínez de la Torre.
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