Cadáver sepultado en una fosa común del cementerio “San Lucas”, fue exhumado por segunda ocasión para tomar nuevas muestras de hueso que sirvan para examen y comparativa de ADN con supuestos familiares que pretenden reclamar los restos una vez realizada la plena identificación. Se dice que en la primera ocasión, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) pudo haberse equivocado de cuerpo, pues el examen posterior resultó negativo.
La inhumación data del año 2011, cuando la agencia Cuarta del Ministerio Público, ordenó que el cuerpo fuese confinado en una tumba de pura tierra, pues pasados algunos días ya se convertía en verdadero foco de infección por los olores y líquidos que emanaban de éste, sin que alguien se acercara a reclamarlo.
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